Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Pienso en ti.
Humanamente.
Lujuriosamente.
El único pecado que cometo con ello
es el pecado de la frustración.
Las sábanas blancas se envuelven en el cuerpo inquieto
quieren ser tibieza y son sudario.
Algunas leves manchas rojas
preludian,
avisan.
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