Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Fue hace siete años y Camilo sigue estando en mi corazón como si lo viera cada día. En tardes lluviosas llegaba a su casa y a él se le encendían los ojos: "¡Hola, mi hermano!" gritaba dejando de hacer cualquier cosa que estuviera haciendo.No lo recuerdo porque no se ha ido nunca. Aún en mi teléfono está grabado su número, y entre las direcciones de correo sigue apareciendo la suya.Confieso que de vez en cuando lo llamo. Y que le envío, también, algún mensaje..
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