Amanecer

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Me despierto antes de las seis. Cambio la música que había puesto  horas antes en la noche que la larga vida ha hecho varias de una. Elijo una forma de jazz que parece llevarse bien con la lluvia que golpea en la ventana, con el ruido de los vehículos en la avenida, con el murmullo del ambiente. Suena insistente la alarma de un carro, que no capta su dueño quizás dormido entre vapores de amor o de alcohol.

Me levanto a ver la lluvia y las nubes bajas que cubren la ciudad. Contempló los edificios interrumpidos por las estrechas bocacalles que, intrusas, dejan pasar las montañas apenas ayer señoras y amas.

Capto el frío del mármol del estudio y me saludan desde los estantes libros y discos que quieren ser abiertos.

Regreso a la tibieza propia bajo las sábanas de un lecho desértico. Busco a Whitman. Conversamos e invito a alguien a que nos acompañe. No le interesa. Así que el viejo y yo nos tomamos de la mano y él me lleva recordándome a mi padre cuando caminábamos hojeando un libro por esa carretera polvorienta que anduvo la adultez primera.

"La presión de mi pie sobre la tierra levanta un centenar de afectos;
Pero éstos desdeñan cuanto hago yo para expresarlos.
Enamorado estoy de todo cuanto germina en el aire libre,
De los hombres que viven entre el ganado, o que saborean el aire del océano o de los bosques,
De los armadores y de los tripulantes de navíos, y de los que empuñan hachas y mazos, y de los domadores de potros;
Podría comer y dormir al raso en su compañía durante semanas y semanas.
Lo vulgar y lo tosco, lo cercano y lo fácil, eso soy yo, Acudo hacia mi destino y me ofrendo íntegro sabiendo que siempre he de ganar;
Yo mismo me engalano para entregarme al primero que quiera tomarme,
Sin preguntarle al cielo si sobre mí descenderá según yo deseo,
Entregándome franca y eternamente."

Miles Davis me saca del ensimismamiento de las letras.

Vuelvo a pensar en ella. Vuelvo a amarla. Me le ofrezco otra vez. Pasa de largo.

Avanza ya una hora. Para mi sobrino que vive en China el hoy mio ya es ayer. Si yo hubiera muerto hoy, ya lo sabría.

*