Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

octubre 21, 2004

Anhelos y Otras Ideas



DE MARGUERITE YOURCENAR

ANHELOS



Desearía vivir en un mundo sin ruidos artificiales e inútiles, sin velocidad y en el cual la noción misma de velocidad sería despreciada o aborrecida; los medios rápidos de transporte estarían reservados para las profesiones indispensables o para algunos casos graves.

Un mundo sin efusión de sangre humana o animal, en el cual todo crimen se consideraría odioso, conllevando sanciones prácticas y purificaciones morales. El hombre manchado de sangre, automáticamente apartado por estimarse mancillado, extraviado e insensato.

Un mundo en el cual la sexualidad, en todas sus formas, se consideraría sagrada, aunque no necesariamente situada en el más alto rango de lo sagrado.
Un mundo en el que sería vergonzoso e ilegal tener más de tres hijos. [...]
Un mundo en el que la prostitución sería solamente ritual. [...]
Un mundo que tendría muy en alto la idea de renovación y que despreciaría la noción de novedad. [...]
Un mundo en el que todo objeto viviente, árbol, animal, sería sagrado y jamás destruido, salvo por absoluta necesidad y con un sentimiento de aflicción. [...]
Un mundo sin idolatría pero rico en respeto.
Un mundo en el cual la muerte sería una gran aventura.
Un mundo en el cual el suicidio sería la norma cuando comenzara el debilitamiento irreparable de las facultades. Los que a ello se negaran podrían vivir, pero sin honor. [...]

ODIOS

La velocidad inútil
La agitación inútil
La publicidad, es decir, la impostura
La rivalidad económica llevada al paroxismo
La fabricación de objetos inútiles
El sometimiento y embotamiento de las masas ocupadas en fabricar esos objetos. [...]
La separación del hombre de las formas animales y vegetales vivas.
El ruido mecánico. [...]

PROYECTOS

Ausencia total del miedo físico.
Ausencia total del miedo intelectual (creo que ya está logrado)
Aprender a ignorar el ruido. [...]
Rectificar siempre si el mínimo error se ha dicho o escrito.
Recordar siempre que cierto coeficiente de error es humano.
Principales virtudes:
Serenidad (ausencia de agitación inútil)
Valentía (casi lo mismo)
Atención, sin cesar alerta
Sobriedad (ausencia de abusos)
Circunspección (rigor o prudencia)
No malignidad (bondad)
Tomar fuerzas momento tras momento. Es Dios (quienquiera que Él sea) quien proveerá el valor de mañana o pasado mañana.
Intentar estar o parecer tranquilo. La calma es calmante.
Volver a leer las cartas manuscritas y retocarlas con el fin de aclarar las palabras poco legibles. No olvidar jamás que escribimos para comunicarnos.
¿La alegría? No. Prematura en un mundo miserable.
¿La felicidad? Tal vez. Pero entonces que la felicidad sea un estanque claro en el cual el dolor vaya a beber.

LOS CUATRO VOTOS

Por numerosos que sean mis errores me esforzaré en vencerlos.
Por difícil que sea el estudio a él me entregaré.
Por ardua que sea la vía de la perfección no renunciaré a caminar en ella.
Por innumerables que sean las criaturas vivientes en la extensión de los tres mundos, trabajaré para su salvación.
Después de esto, todo está dicho y no hay ninguna necesidad de otro precepto en esta tierra.

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