Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Pregunté anoche en una tertulia: ¿Qué? ¿Ya saben dónde pasarán la eternidad?.
- No, me contestaron. ¿Y tú?
- Si. Alguno de mis hermanos tomará las cenizas que del cuerpo queden y las pondrá, a modo de abono, en las raices de un árbol de un camino o avenida. Y pasará por allí con cierta frecuencia para cuidar que el árbol no se muera a causa de ello.
Camilo dijo que no, que tal vez no moriría si no que podría volverse el árbol más hermoso del entorno; que en vez de frutos tendría luces que lo harían parecer siempre en navidad y que en sus hojas aparecerian poemas, palabras hermosas, compasivas, y alguna vez conmovedoras. De ser así, anoté,podría ser que una de aquellas hojas cayera en manos de algún desaprensivo transeunte que, presa de sus necesidades, la utilizaría para limpiarse con lo cual consolidaría la lectura más importante de su vida.
"Fernando -aseguró además- no está seguro de la vida y todo lo que sabe también lo sabe por experiencia. Vive, si lo hace, en un mundo super loco que sería bacano explorar".
Julián concluyó diciendo: "Además, no necesita estar pensando en alguién. Si no piensa en nadie, no sufre por nadie".
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