Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
— ¿Que buscas?.
Buscar, como buscar, no busco nada. Si buscara algo específico y considerara que otro lo tiene, estaría empezando a verlo como el objeto que no quiero ver, porque en ninguna persona quiero ver un objeto.
— ¿Entonces?
Entonces no es que busque sino que estoy dispuesto a encontrar. Supongo que cada encuentro es bueno en sí y por ello no me encierro con la intención de que pase sin que pase nada. En tanto que ser humano frente a los demás solo puedo contar con que sean y se manifiesten como son, o sea humanos. Y que vean que uno también lo es. Pero la especie humana está en vía de extinción, no vamos quedando más que patos. ¡Cuack! ¡Cuack!
Esto es lo raro: nos vemos no como seres sino como objetos del deseo. Como una posibilidad, poco o nada como una realidad.
"Aceptación de lo que hay". Mi madre dice de no perder las perlas por no ensartarlas.
Todo lo que se encuentre pasa a formar parte de lo que hay, pero no por ello pasa a formar parte de todo lo que se es, o sirve al propósito último de felicidad que el ser humano busca alcanzar.
Se dejan cosas en el camino y uno es apartado o dejado del camino de otros. A la final el hombre feliz no tenía camisa. Como Milarepa, el hombre feliz vive de mascar yerbas que le parecen deliciosas; no necesita más y vive solo porque encuentra que su ascetismo sirve mejor a su felicidad. A la suya de él y solo a ella quizás porque descubre que el único mundo que existe es el suyo. Como el concepto es que esto último es egoísmo, como no aspiramos a ser ascetas, como ser ascetas no está bien visto y resulta discutible, impráctico e inconducente, no ayuda a la producción ni a la reproducción. Se acepta lo que hay sin quedarnos con ello, porque lo que hay un instante después es lo que hubo.
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