Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Son como las cucarachas, dice alguien en la mesa del lado. Se les saca a escobazos y ellas ahí. Tiene razón, responde su acompañante. Tiene razón. Y guarda silencio. Le miro y se adivina en su rostro lo que pasa. Una nueva espina se clava en su corazón, un nudo más se enreda en su garganta. Se reconoce. Como las cucarachas ha sido barrida, empujada, trapeada, fumigada. Y esta ahí. Lo jura, no quisiera estar. Su rostro muestra que no sabe donde ir. No sabe que hacer. No sabe vivir de otra manera. Muestra que lamenta el despertar y se pregunta ¿cómo es que está aquí?. Todos los dias se avergüenza de lo que es, se apena de existir. Con una pena honda hacia adentro y hacia afuera.
Todos los días —lo transparenta su rostro— la vida, como una cucaracha, se le aferra y no la quiere, no la quiere. No sabe que hacer. No sabe...
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