Desolaciones

Mark Rothko

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

A los once años las había pasado todas,
un poco antes supo como le veía el mundo
y como lo vería él.

No lo olvidó jamás
ni aprendió otras cosas después.

Tocado por los hados
el tiempo no es más
que un largo camino al precipicio.

También se vive del recuerdo.
Ya no se atreve a suponer
si en su caso
los callos estén en él
o estén en ella.


*