Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
... Tal vez un día de estos te sientes con tu madre en el jardín y, solo por leer, lean entre los dos este poema. Digo. Tal vez... A mi me hubiera gustado leerlo con la mía. O encontrarme, para hacerlo, una nueva que la sustituyera cuando se marchó un Domingo. Un Domingo al atardecer. Por unos meses pensé que podría ser ella pero un día simplemente me dijo —y conste: no lo dijo— "oíste, que yo no soy tu mamá".
Y en efecto: no lo es. Entonces me quedó el silencio.
Apresúrate. El tiempo se deshace.
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