Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Supongamos que Jesús existió y que dijo lo que dicen los Evangelios que dijo. Supongamos que Pablo, de Tarso, Turquía, judío y ciudadano romano, no se cayó del caballo, no se golpeó la cabeza, no se voltió de religión y no se inventó una iglesia. Supongamos que no hubiese habido tanto habilidoso que acomodara las costumbres del imperio a esa Iglesia así inventada y que por las razones que sean el mensaje de Jesús hubiese quedado tal cual, sin exégesis ni interpretaciones. ¿Habría cristianismo? ¿es tan válido y fuerte el mensaje de amaos los unos a los otros? Citaré por citar a M. Yourcenar en Memorias de Adriano: "pasamos toda una noche discutiendo el mandamiento que exige amar al prójimo como a uno mismo; yo lo encontraba demasiado opuesto a la naturaleza humana como para que fuese obedecido por el vulgo, que nunca amará a otro que a sí mismo, y tampoco se aplicaba al sabio, que está lejos de amarse a sí mismo."
*
Epicuro
"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia
marzo 03, 2011
Notas de Aire
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario