Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Y si uno pudiese,
simplemente, en una aspiración profunda,
irse
y si uno pudiese,
simplemente, al expirarse en nada
irse
el brillo de las lágrimas que la pantalla del computador reflejan
sería el último
y nadie me buscaría:
simplemente no está...
se ha ido.
*
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