Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Entra por mi ventana un atardecer de ensueño...
desde las nueve hasta las tres
un montón de colores del rosa al amarillo;
entre las seis y las doce
del blanco al gris azuloso
y al dorado
Las montañas que empiezan a ponerse negras
todo informe.
Y se me vienen palabras a la mente:
— No es de tu alma que estoy enamorado,
es de tu cuerpo...
y de todo aquello que su piel contiene.
§
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