Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

julio 14, 2013

España, notas de una charla.


Luis Fernando Gutiérrez-Cardona


- El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero
— La Madre Patria que era para nosotros los hispano-americanos, ahora latinoamericanos, o más genérica y peyorativamente "latinos", es hoy territorio en proceso en disolución, de rey y presidente impresentables, de decisiones absurdas, abyecto. "De espíritu burlón y de alma quieta". Y una batería mediática estomagante. 

La mayoría que se sirve a si misma, el gobierno por plasma, es dictadura.

— Lo de Madre Patria en la escuela primaria solo podía ser emocional. ¡Si nos mostraban a Cortés y a Pizarro como héroes! Héroes eran, pero del otro lado. Y ni eso. El amor por España se sembraba. El Castellano pasó a llamarse Español de un año a otro en mi bachillerato. Ahora pregunto en escenarios ilustrados ¿existe España? Y no consiguen darme una respuesta. Lo triste de lo que dices es que la madre patria no se veía a si misma como madre. Y probablemente tampoco se veía, como no se ve ahora, como Patria.

— Ya Diógenes reclamaba para si ser Ciudadano del Mundo. Ciudadano que soy, según papeles, de una pequeña ciudad enclavada en los andes en esa parte del mundo que pocos saben donde queda y alguien dio en llamar Colombia, si me preguntan que es España simplemente digo, o decía, que una nación como cualquiera otra, con una capital, Madrid, un Rey que no era tan antipático hasta no hace mucho y una sociedad que después de una guerra y una dictadura de muchos años, en unos pocos pareció insertarse entre los paises desarrollados y no ser el principio de Africa, como decían. A esto, del estado de bienestar. 

Sabíamos de los vascuences por algún capítulo de El Quijote, de los Catalanes por Serrat, de los Gallegos por los chistes, de Aragón porque Fernando montaba tanto como Isabel, de Andalucía por Granada y las Semanas Santas en Sevilla, y de todas partes por los toros. 

Leí en la juventud a Cervantes, a Góngora, a Quevedo, a Benito Perez Galdos, a Federico García Lorca, a Machado y Miguel Hernández y a Ortega a Unamuno y otros más. A Cela también, dios me perdone. Enamoré muchachas con versos de Bequet y sé algo de sus reyes, de Juana La Loca, de Fernando VII y de Pepe Botellas. De sus pintores, de sus músicos.  Ahora persisten Machado, García, Hernández y aparecen Celaya, Leopoldo María Panero, Alberti...

Ahora la televisión muestra un sancocho del padre que le tira a los elefantes, el yerno a los contratos, el Presidente a las cajas de puros con doble fondo, a los sobres llenos de euros. Siete millones de parados. La juventud para Alemania "y cada uno, a lo que hay que hacer". Cuarenta millones en Suiza para el Tesorero ¿y cuántos para sus jefes?

Y lo que sigue siendo bello, claro.



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