Intento expresarme desde el corazón. Así lo que
escribo. Me identifico con el lobo. Con el lobo estepario. Viajo solo,
aunque no es lo que quiero. Cada expectativa es un fracaso. Mi búsqueda
espiritual terminó en el Zen. La gente se frustra conmigo porque no
reclamo nada personal. Porque no requiero y porque procuro no juzgar, al menos hacia afuera. Pregunto lo justo para mantener abierta la
conversación y espero que ella sea un continuo de energía que nos haga
Uno. Que nos haga comprendernos como Uno. Sin la necesidad de la imagen o
sin privilegiarla. Apartado de lo usual y del formato preestablecido.
No eres de mi propiedad ni soy propiedad tuya como una cosa cualquiera. No reclamo más fidelidad que la de la nobleza del corazón y de la mente. Amarse aqui y amarse ahora. Envolverse. En volverse.
Volverse en si y volverse en otro ser. Sin atarse más allá que en la magia
del instante que, al repetirse, se hace permanente. Y que sea -cualquier
cosa que se sea- porque se es libre. Amo libre. Nunca esclavo.
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