Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Ayer clamé al viento por ti
y por ti
que hicieron el ser que no quería ser
—no fue su culpa—
anoche grité al viento entre gemidos
¿por qué? ¿para qué?
¿por qué?
si mi primera consciencia
fue ¿qué hago yo aquí?
Es absurdo reclamar a la noche
el derecho de ser, tan solo,
un ser humano.
Y no poderlo ser.
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