Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
El camino que le queda a Colombia es el de la dignidad y la vergüenza propias. Los rebuscadores, que han convertido nuestras ciudades en sitios imposibles, sostenidos y aupados por políticos sin escrúpulos, tomándose las calles sin respetar norma alguna, han hecho de la frontera con Venezuela un relajo de contrabando y tras de él, hay que aceptarlo, por ganar dinero, harán lo que sea: secuestrar, traficar, matar. Convertir en un problema de estado lo que no es más que una transgresión vulgar de normas y malos comportamientos no tiene sentido. Así que quítenle intensidad a la cosa, mirénla con la verdad escueta y que cada uno se haga cargo de si mismo. Porque esto es a dios rogando y con el mazo dando.
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