Diálogo

Luis Fernando Gutiérrez Cardona

—¿Sientes algo por mi?
—¿Sientes que siento algo por ti?
—No.
—Te equivocas.
—¿Tal vez deseo? ¿Sientes que es necesario que sienta algo por tí?
—¿Sientes tú, que yo debo sentir que sientes algo por mi?
—Si.
—¿Qué es todo sino deseo? Vivimos por deseo, respiramos por deseo, comemos por deseo, nos reproducimos por deseo. Hasta morimos por deseo. Voluntarios o no, pero deseos. ¿Podemos rechazarlos? Hacerlo no es humano. Por hipocresía decimos que no es deseo, pero mentimos. Déjame pues mentir: No, no es deseo.
—¿Qué es entonces?
—Si tengo que decirlo, no es nada.
—Está bién te entiendo. Perdón por preguntarlo. Perdón por ausentarme.
—No te aburras de mi.
—Mi lado suicida ha estado más cercano que nunca, solo queria decirte, por si no vuelves a verme, que fue maravilloso, encantador y simplemente indescriptible haber escuchado tus palabras. Un abrazo infinito para ti, que tu senda se siga maravillando de otros seres. Y mi recuerdo... deja que crezcan enredaderas sobre él, tal vez sea lindo descubrirlo de vez en cuando.
—Antes dame un abrazo. Pero quiero decirte algo que encontré hace unos dias de Ana Elena Pena:

"Es absolutamente necesario suicidarse cada cierto tiempo. Huir de uno mismo, perderse, levitar, ayunar, sentir el cuerpo vacío, agotado, dolorido. Mudar la piel, beber, vomitar, tocar fondo, follar con desesperación y luego no recordar nada. Estar ausente de todo. Para después, aferrarse de nuevo a la vida. Vestir colores pastel, andar a paso ligero y sonreír a los vecinos cuando te saludan en la escalera. -¿Qué tal estás, preciosa?- -Jodidamente bien, gracias.- —