Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Tan vieja estoy…
Ni me inmuté al saber
que tengo cáncer.
Kamegaya Chie
Tenia como once años y un evento sencillo pero inesperado me puso de
golpe en la existencia. Fue como si lo que iba a ser mi vida se mostrara
de golpe, todo, entero. Una corriente de energías extrañas recorrió mi
cuerpo y mi espiritualidad -lo creía dos cosas entonces- de forma
que nunca he podido olvidar porque, además, es recurrente. Pero ¿cómo
creer en algo así? ¿Cómo pasas de niño a viejo en dos segundos? He vivido sobreponiéndome al día a día. Considerando
cada uno una batalla. Sin hacerme preguntas ni buscar respuestas
porque no hace falta ni es posible comprensión ajena en algo absurdo. ¿Es esto el futuro?, me pregunté aquel día y en
cada uno de los subsiguientes. Y en cada uno de ellos y también hoy me
respondo: si lo es. Y siéndolo renuncio a él; no lo quiero para nada. Pero ahí
sigue estando. Hasta cuando una corriente inversa en algún tubo de
sustancias extrañas, o en una gran cantidad de ellas, me regrese a la
nada de la que nunca, nunca, debí haber partido. El presente del futuro es morir. Y vivir es Instantes. Sentir el cielo. Sentirme dentro suyo, absorbido, apoderado de mi ser. Y convertirse en ti. En sustancia de nada, verdad
total, humedad, inconscientemente consciente, universo. Sencilla y hermosa soledad. Constante compañera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario