No soy de recuerdos sino de presencias. Lo que ha anidado en mi corazón -el corazón- allí anida. El viento impone pausas; la temperatura y el estado de la atmósfera cambian y mi condición hiperreflexiva me lleva a intrerpretaciones, que no son más que eso. Me hago a un lado sin dificultad, pero no paso a la indiferencia ni al odio.
§
No hay comentarios.:
Publicar un comentario