Estaba viendo esa foto suya tan actual y completa y
me vino a la memoria una frase de Pessoa en Réquiem: “No me deje solo
entre personas llenas de certezas. Esa gente es terrible”. ¿Qué certezas? La única que reconocíamos en esas noches cuando la vida
era menos acosada -hoy es más azarosa- era que todo cambia según enseña el gran Sidarta Gautama. Aquel a quien nos arrimábamos y de quien estoy más
cerca estando cada vez más lejos.
A propósito: ¿de qué está hecho el viento que, invisible, arrastra todo también si sopla suave? ¿De qué, si abre las puertas a su paso y también las cierra?
Se ve muy bien con su corte a la moda
y esos brazos que, confío, no son para golpear sino para abrazar.
A
unos los hace el tiempo, a otros los deshace. A todos ambas cosas: es asunto de esperar.
¿Le envolverán las olas de algún amor? En todo caso, y siempre, un abrazo desde
el corazón...
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