Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
¿Por qué cada columnista de prensa, cada periodista, tiene que tener su
odio personal y particular contra algún personaje y asume la cruzada de convencer de ello a los demás? ¿Es la manera de
hacerse a un nicho de lectores? ¿De garantizar un ingreso por cuenta de
los partícipes de la malquerencia? ¿O del malquerido aterrorizado, que casos se han visto? Escribí para un periódico por años,
sin paga, y nunca se me ocurrió algo así. Es que tampoco pasé por una
facultad de periodismo ni recibí clases de ello: defectos de formación,
o de personalidad. Incapacidad de venderme.
No vale la pena leer
a X porque de entrada se sabe que atacará a Y, ni a Z porque defenderá a
A. Y B estará siempre a favor o en contra de C, visceralmente y con argumentos falaces. O sea, es innecesaria la lectura y si por eso se compró el periódico o la revista esa platica se perdió. Algunos tienen la desvergüenza de cambiar de
bando sin más, aunque luego se sabe que hubo plata (y mucha) de por
medio. Examinar los contratos del estado con la Revista Semana o con
Natalia Springer -Natalia Marlene Lizarazo García Tocarruncho y Von Schwarzenberg-: $7.200
millones en cuatro años más lo que recibía de otros lados.
¿Cuánto recibe El
Tiempo en publicidad del estado? ¿Y los restantes diarios? ¿Cuánto el duopolio de la TV? ¿El de la
radio?
No se justifica leer las páginas de opinión: ya se conocen. Y hace rato dejé de ver Tv.
...Y uno haciendo para pagar los mil del teléfono...
¿bobo que es?
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