Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

abril 11, 2017

"No todo el que dice Señor, Señor... "





Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

—¿En qué dioses crees?, si no te molesta mi pregunta.
—No me molesta en absoluto. Creo en la existencia de un orden cósmico que de hecho no depende de ningún dios. Todo funciona porque debe funcionar.
—Pero debe haber alguien que vigile que ese orden este siempre funcionando.
—¿Por qué ‘debe’? No. Funciona porque si. Si alguien lo vigilara y lo dirigiera ya había colapsado... ¿no has visto que cuando interviene un policía el tránsito se pone aún peor? Ahí entra en juego una cosa que se llama la paradoja de Epicuro: "¿Es que Dios quiere prevenir la maldad, pero no es capaz? Entonces no es omnipotente. ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces es malévolo. ¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De dónde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? ¿Entonces por qué llamarlo Dios?"
Todo lo anterior dicho sin fanatismo de ninguna especie. Creer es "fe" y en contra o a favor de la fe nada que decir porque es eso: fe. Creer porque si, creer sin razón.
—Pero mi pregunta es entonces ¿y si ese orden deja de funcionar?
—No deja de funcionar. Ha funcionado y seguirá funcionando.  Si una estrella se choca con otra, así debe ser; si una galaxia se convierte en un agujero negro, así debe ser. Para ella fue el fin del mundo, pero el universo sigue.
Así como al terminar la vida uno termina convertido en cenizas, en comida de gusanos y en polvo. Así es y así debe ser.
—¿Qué pasa con nuestra conciencia, espíritu, y alma (si tenemos una)?
¿Qué pasa con la energía acumulada en una pila cuando se agota? ¿Tiene alma, espíritu o consciencia esa pila? ¿Se va, al agotarse, al cielo de las pilas? No pasa nada: su energía se extingue, se acaba, se termina. Se desecha.
—¿O sea que nuestra vida no tiene ningún sentido? ¿de ser así por qué sigo vivo? ¿por qué no solo termino y ya?
—… La energía que tuvieron -pila y cuerpo- la cedió, la entregó, la usó al ser; funcionó para si, y para otros propósitos, fue útil, vivió. En tanto que seres humanos usamos la energía de que estamos dotados mientras la tengamos. Ese es el sentido de la vida porque lo otro sería el sentido de la muerte, que no tiene sentido. Ser útiles aquí con los demás, con uno mismo; ser buenos aquí y aquí pagar lo malo que hagamos ya que la paga por lo bueno es la satisfacción de haberlo sido.
— Comprendo.
— Eso de aquí mato, aquí robo, aquí violo los derechos de los demás, que no hay pecado sin perdón y al cielo voy, resulta cómodo y perverso. El sentido de la vida es ser felices y hacer lo que nos sea posible porque lo sean los demás seres sintientes: hombres, animales, plantas y todo lo que contribuye a la vida como tal.
—Ya veo.
—En estos días pregunté: “Y si usted fuera Dios ¿qué haría?”. Solo dos se atrevieron a responder. Pero si yo fuera Dios haría a un lado tanto pedigüeño que me enloquece pidiéndome cosas que ya tiene: aire para respirar, agua para vivir, techo, comida para el día y cobijo. Come, descome y duerme ¿qué más quiere? ¿La lotería por mi cuenta?
—Muchas gracias por compartir tus pensamientos.
—A ti. No busco seguidores ni conversos.

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