Luis Fernando Gutièrrez-Cardona
Vine a nacer
En un mundo de sueños,
Igual que un sueño.
Que descanso, extinguirse
Lo mismo que el rocío.
Ikkyu
Pensé algunas cosas mientras tomaba un café frio, mezclado en arequipe, dejaba correr los versos de Blas de Otero y alguien me miraba. Pensé en el concepto Lacaniano del otro. El Otro solo existe cuando la propia mente le da identidad. La magia increíble de ver a otro -que no es otro- como otro, es decir como alguien inexistente porque el otro en realidad no existe y reconocerse otro del otro inexistente y por tanto inexistir. Sin emoción dejar caer la vista en el texto y emocionarse con él. Pensar: ¿con quién me gustaría compartir estos poemas? Y no hallarlo. No hay que buscarlo. En mi mesa siempre pongo dos cafés y siempre estoy solo en ella.
Porque quiero tu cuerpo...
Porque quiero tu cuerpo ciegamente.
Porque deseo tu belleza plena.
Porque busco ese horror,
esa cadena mortal,
que arrastra inconsolablemente.
Inconsolablemente.
Diente a diente,
voy bebiendo tu amor,
tu noche llena.
Diente a diente, Señor,
y vena a vena vas sorbiendo mi muerte.
Lentamente.
Porque quiero tu cuerpo
y lo persigo a través de la sangre y de la nada.
Porque busco tu noche toda entera.
Porque quiero morir,
vivir contigo esta horrible tristeza enamorada
que abrazaría, oh Dios, cuando yo muera.
Blas de Otero
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