Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
¿Qué gracia tiene -dicen al lado- que estés para mí cuando estés? ¿Y si estoy para ti solo cuando estoy, qué gracia tiene? ¿Qué gracia tiene si un tiempo y otro no coinciden, si se rehuyen, si es un acto de fuerza o de poder, un demostrar quién manda? ¿Y si nos reconocemos caso fortuito, hecho aleatorio, eventualidad? Bajamos el corazón a la cabeza y lo dejamos así; un tema más que no puede tocarse.
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