Aprender de nuevo que el corazón responde automáticamente. Que no vacila, no medita, no duda. Actúa. "Ahí está mi casa, tómenla con todos sus recursos". Aunque no estaba, era como si estuviese. Además cuando le pedí una guía inusitada y sorpresiva no me preguntó por qué ni para qué. Me dio las respuestas adecuadas sin dudarlo, sin querer saber más, tranquilamente.
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