Se pierde la virginidad, o un poquito de ella, de muchas formas. Se le abre a uno la mente o se le cierra, la vocación no se muestra, la paloma (del espíritu santo) se escapa, la conexión con lo misterioso no ocurre. Perdí la virginidad (mental) a los once años y resolví que no sería cura, ni juez, ni policía. Porque los tres oficios son de hipócritas.
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