"Tienen mucha cuerda", suelo decir para referirme a personas en el entorno que son incansables, que tienen cada instante de la vida copado hasta el tope y adicionalmente no sueltan el móvil ni la necesidad de estar hablando de los demás. Pero una consideración juiciosa me lleva a concluir que no tienen mucha cuerda: tienen la que tienen. De igual manera que tengo la que tengo. El error está en equipararlas y hacer reclamos: cada uno es como es y anda siempre con lo puesto, dice Serrat en su canción. No es que yo esté bravo ni que sea mierda, ni que sean muy jóvenes ("todo el mundo ha sido joven hasta los más tontos"). No voy a su ritmo ni en su horario, vaya al suyo.
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