Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Ciegos que viendo, no ven."
José Saramago

Crónicas, escenas y reflexiones sobre el mundo y lo que veo.

noviembre 19, 2025

Yo también nací en el 53



**I. Allegro – El motivo inicial**  

“Pertenezco a una generación infeliz, a caballo entre los viejos tiempos y los nuevos, que no se encuentra a gusto ni en unos ni en otros. Además, como usted habrá advertido, no tengo ilusiones.”  

Así escribió Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1986-1957) en su novela El Gatopardo, publicada en 1958.

¿Si así se sentía entonces, cómo no sentirlo ahora?

Lo que era un atisbo de época, hoy es condición perpetua: lo nuevo nace viejo, todo presente se consume antes de ser, apenas al mostrarse.  

(respiro)


**II. Adagio – La infancia y el modo de sentir**  

Mi infancia se abrió al llamado entonces uso de razón por la muerte de un Papa, evento que impactaba el entorno y me enseñó que la Historia irrumpe en la vida cotidiana.  

Descubrirme a mí mismo fue un acontecimiento veloz y lamentado por el fondo y la forma de su ocurrencia: a los once años ya estaba cincelado mi modo de sentir, ese que me ha acompañado como aprendiz perpetuo.  

No me pesa lo vivido. Me pesa la existencia y me duele la insensatez de sepultar el tiempo transcurrido.  Si. "Yo también nací en el 53".

(fermata – silencio sostenido)


**III. ScherzoVerne y la luna**  

A los ocho años leí a Julio Verne, cronista de lo imposible.  

Una nave disparada por un cañón hacia la luna.  

Estuve ahí cuando sucedió el pequeño paso: no hubo cañón, el cohete era en sí mismo cañón.  

La imaginación se volvió historia, y la historia la otra cara de la imposibilidad.  

(crescendo breve, luego pausa)


**IV. FinaleBach, Beethoven y la ceniza**  

Ahora escucho a Beethoven y a Bach, imperturbables en su existencia. Me pregunto cómo se hace del silencio música, cómo la pausa se convierte en respiración, cómo se vuelve constancia lo que parecía vacío.  

Me recuerdan que el tiempo no es solo cronología: es estructura invisible que se hace  audible o visible, es la dignidad de nombrar lo que se desvanece.  'Las canciones van al aire. Las lágrimas al mar.'

Soy testigo de lo vivido y de lo sentido.  Jinete de tiempos que no se dejan cabalgar, he aprendido que la dignidad está en conocer la fragilidad y en dejar constancia íntima de lo que se disuelve.  

Cada época es soñable hasta que se vuelve presente, y el presente mismo es relativizado por un observador sin mirador constante.  Tal vez no sea así, tal vez si haya sueños. Si no los tuve fue por el aterrizaje forzoso de mis once años. ¿Soñó Miguel Ángel al David? No. Lo vio, según dijo, "Apenas quité lo que sobraba".

Mi constancia es esta: respirar hondo la fugacidad, y dejar que el silencio se convierta en música.  

Y que la vida… bueno, ¿qué cosa es la vida?  

Un resto de cenizas.  Una flor en la calzada.

(pianíssimo – acorde final que se extingue)  

 


***


 


 

No hay comentarios.: