Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Tú, si conoces las fauces de ese monstruo,
unas veces malolientes otras no,
¿podrías decirme cómo desprenderme de ellas,
o cómo sumergirme en ellas?
Resiento el desperdicio del aire que por años
ha entrado en este cuerpo inútil, innecesario,
erróneo producto de la desconsideración
y del desprecio.
Y del agua de que está hecho y que consume.
Duele la existencia misma, la cordura.
A mi, si. También al cosmos.
Oyéme, desde algún punto del aire, dime, dime:
como me desprendo de las fauces de este monstruo,
o como hacer que me lleve del todo
y para siempre hasta su vientre,
para emerger otra vez,
en la forma de lo que siempre he sido.
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