Que de verdad seamos uno en ese abrazo desde el corazón con que se despedía cada tarde o noche en América, media noche o amanecer suyo en Barcelona.
Que siendo uno lo sigamos siendo con quienes caminamos a su lado mientras nos mostraba de su experiencia del Zen.
que las gotas de rocío
eran efímeras?
Sólo porque yo
no yazco sobre la hierba.
(Fujiwara no Koremot)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario