Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Oído:
Mirándose en un espejo invisible la montaña se acicala, se organiza, se peina los árboles, estira un poco sus quebradas y sus ríos. Se acomoda las cumbres y hace ver bellos sus pies. Pone brillo en sus cascadas. Retoca sus helechos colgantes y abre espacio para que se vean las hermosas orquídeas que moran en sus profundidades. La montaña del frente se da cuenta y llena de curiosidad pregunta: "¿Para que te pones tan linda?" "Es que voy donde Mahoma" le responde, un poco inquieta.*
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