-->Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Cuando yo te digo adiós
quiero decir que me largo,
así sepa que es amargo
largarme sin mí y sin vos
ADIOS AL RADIO, GRACIAS JULIO
Julio:
Esta mañana desperté y como cada uno de los días que hasta ahora han sido el pequeño radio esperaba sobre la mesa de noche ser encendido. Vicios que se adquieren, en fin de cuentas. Papá escuchaba radio cuando había un pequeño noticiero cada hora entre la multitud de radionovelas. Ahora no hay radionovelas ni nada que meter entre noticias que se muelen y se muelen y se muelen. Escuchaba el reporter esso, el noticiero de la una de la tarde y, en las mañanas de los domingos, Monitor con esa voz engolada de Javier Darío Restrepo, y Cinco Reporteros y el Personaje de la Semana. Llegó Yamid Amat con su seis a.m. nueve a.m. e inventaron la misma radio que existe actualmente, con Julio Nieto Bernal y Alfonso Castellanos. Yamid le duró hasta el día que Alfonso López perdió las elecciones con Belisario Betancur, y dejó de transmitir muerto de la ira cuando los resultados se iban conociendo y no ganaba el candidato de sus afectos. Tarde para mi fortuna empecé a perder la inocencia y a darme cuenta de que todo se movía por intereses. Ni qué decir cuando Bavaria compró a Caracol y puso la radio a su servicio. En fin de cuentas RCN era de Ardila Lulle y a él le servía y le sirve. Algunos eventos de la radio marcaron hitos: la voz acongojada de Alfonso Reyes Echandía la tarde de la toma y retoma del Palacio de Justicia, la voz de un piloto que le decía a Yamid que Armero simplemente había desaparecido, una semana después, cuando explotó el Nevado del Ruiz y una mañana en que un oyente le reportó que un avión, un avión grande, había explotado en el aire cerca de Bogotá en la época de Pablo Escobar.
Decidí seguir la radio de Julio Sánchez Cristo. La piel original. Pero esta mañana antes que estirar la mano y hundir el botón mágico, me vi de pronto retirando la conexión a los speakers, el alimentador de corriente, conectando a ellos el ipod, buscando alguna música sencilla y sepultando piadosamente el negro sony de bandas ahora innecesarias en lo más profundo del último cajón de la mesa de noche. Decidí que me aburrí de oír cada mañana que el problema de hoy es muchísimo más grande y grave que el de ayer, que el país está al borde de acabarse, que unos periodistas poseedores del conocimiento universal tienen la verdad revelada sobre todas las cosas y todas las personas y que, envueltos en su ego gigantesco, en su "yo lo dije", traten y maltraten no solo a las personas buenas que tienen la desgracia de verse sometidas a sus interrogatorios –los malos gozan de toda consideración- sino la inteligencia de sus oyentes pacientes y sufridos.
La frontera entre la madrugada y las noticias que iba de cinco a seis de la mañana antes se poblaba de poesía, de música suave, de gente amable y, por qué no decirlo, de la voz acariciante de un Julio a quien si bien se le tildaba de light, se le quería justamente por eso. Ahora se trata de que Félix de Bedout produzca un infarto cardíaco, grite a alguna embajadora o maltrate un ministro por algo que según él tuvo que haber hecho, por un acto de otro, por un falso positivo de cualquier especie, olvidando los suyos propios como un supuesto cambio de doctrina de la corte sobre los congresistas que le sirvió de caballo de batalla durante varios días, haciendo noticia de lo que iba a pasar y no pasó, sin que renunciara por ello.
Sepulté hoy el compañero de años, mi sony de bandas ahora innecesarias –no creo que nadie emita ya en onda corta- y le dedico estas flores. Porque me cuidaré muy bien de retirarle también las pilas. Para vencer la tentación.
Adiós Julio que me enseñaste a Jaime Sabines, adiós Alberto Casas que me mostró a Jaime Jaramillo Escobar y a la negra que se emperifolla, a su Alheña y Azúmbar. Gracias por todo. Pero no más.
14-11-2008-2:14 p.m.
Respuesta de Julio:
"gracias por habernos aguantado
mil disculpas
julio"
14-11-2008 8:56 pm.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario