Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
El 6 de Noviembre de 1985 hubo un sarao muy interesante en la Plaza de Bolívar de Bogotá. La cosa empezó en punto de las 11:30 a.m. Era miércoles.
Para ambientar en los dias previos se había ofrecido, a modo de pasabocas, Alitas de Paloma de la Paz (a la vinagreta).
El menú fué más o menos así:
De entrada dieron Portero de Palacio a la Cazadora.
Los vinos ofrecidos fueron una variedad de tintos intensamente rojos. Jóvenes y añejos, indistintamente.
Los platos fuertes fueron:
Langostas del Tanque.
Magistrados a fuego lento.
Supremas de Corte al carbón.
Chorizos ahumados.
Todo con guarniciones verdes de espinaca y otras yerbas adobadas con Orejitas de Presidente Sordo y Lenguas Rellenas.
Entre un plato y otro se ofrecieron partidos de fúltbol al gusto, cortesía de Nohe¿mí? Otro candidato formaba parte de los oferentes.
El postre fué cascaristas de anmistía desamargada para algunos y santificación a posteriori. Para otros nada.
Hubo agua y toallas a lo Pilatos, para borrar los rastros y lavarse las manos.
Terminado el ágape, largas caravanas de limousinas negras llevaron a muchos invitados, ya sin ellos, a distintos parques a que descansaran bajo los cipreses.
25 años después, los rescoldos aún arden.
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