Calor

¡Qué calor! Me pregunto si esta tierra, la tierra, la única tierra que hay, se acabará antes que nosotros. Si el sol la quemará sin querer por culpa humana. Veo que la posibilidad es grande. Tal vez no se acabe antes que mi generación y me salve de vivir la devastación. O que la viva ya ceniza de horno crematorio, si eso puede llamarse vida. Pero ¿sobrevirá a la que nos sigue?

Y me pregunto si el día de la quema los poderosos del mundo meterán en un cohete rumbo a cualquier parte semillas de la especie humana y a quien escogerán para que lo sea de entre ellos. Los genes de la familia Bush, de algunos jeques árabes y del inefable Dick Cheney. Los mismos que dijeron que aquí no pasaría nada, mientras las nieves polares se derretían no bajo sus piés porque ellos no tocan el suelo, de tan alto que viven.

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