Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
El hombre mata al toro y corta sus orejas... Si el toro mata al hombre ¿debería tener derecho a salir en hombros de la plaza, llevando las orejas del torero? Digo a hombros que no sean del que lo destasa.
Pero, por otro lado ¿a qué va se va a la plaza si no es a ver si el toro mata al hombre? ¿Para qué se viste éste de mujer con el ánimo de incitarlo y de humillarlo, si no es para que el toro se defienda? El público grita ¡ole! cuando el hombre engaña, y cuando no consigue hacerlo y el toro va por él, grita "¡ay!"... Cómo es de extraña ésta especie bípeda y, según se cree, pensante.
Todos los toreros que se precien de serlo, tendrían que morir en la plaza cual muere el toro. Sin montones de médicos que acudan a salvarlo, como no salvan a éste. Y que le encimen, caso de merecerlo, una vuelta al ruedo en el arrastre.
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Pero, por otro lado ¿a qué va se va a la plaza si no es a ver si el toro mata al hombre? ¿Para qué se viste éste de mujer con el ánimo de incitarlo y de humillarlo, si no es para que el toro se defienda? El público grita ¡ole! cuando el hombre engaña, y cuando no consigue hacerlo y el toro va por él, grita "¡ay!"... Cómo es de extraña ésta especie bípeda y, según se cree, pensante.
Todos los toreros que se precien de serlo, tendrían que morir en la plaza cual muere el toro. Sin montones de médicos que acudan a salvarlo, como no salvan a éste. Y que le encimen, caso de merecerlo, una vuelta al ruedo en el arrastre.
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