Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Llueve.
Escucho el canto del loco
y las gotas golpear sobre los vidrios.
El sol se pone
amarillo tenue sobre la cordillera.
Miro al sur.
Estabas aquí hace un momento
recuerdos de ese antiguo poema japonés,
de cuando los leía no solo para mí,
"De la almohada
hasta los pies me ataca
este querer,
¿qué hacer,
sino quedarme
en medio de la cama?"
la vista al sur
y tú
alli.
*
Escucho el canto del loco
y las gotas golpear sobre los vidrios.
El sol se pone
amarillo tenue sobre la cordillera.
Miro al sur.
Estabas aquí hace un momento
recuerdos de ese antiguo poema japonés,
de cuando los leía no solo para mí,
"De la almohada
hasta los pies me ataca
este querer,
¿qué hacer,
sino quedarme
en medio de la cama?"
la vista al sur
y tú
alli.
*
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