Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Ayer en la tarde y en la noche temprana me dejaste invitar a un buen vino y a compartir a la distancia textos y música. Me detuve en un libro de Ryokan y te envié algunos poemas suyos. Me acompañaste con la primera copa mientras volaban las palabras y el silencio dialogaba con nosotros.
Esas cosas resultan aburridas salvo para los seres solitarios, que lo son por ello. Tendré más cuidado en adelante.
Al terminar la botella y apagar las luces exteriores, las de la mente y las de este corazón abandonado, recordé aquel poema de Li Po:
Tomo una botella de vino
Y me voy a beberla entre las flores.
Siempre somos tres,
Contando a mi sombra y a mi amiga, la luna.
Cuando canto, la luna me escucha,
Cuando bailo mi sombra también baila.
Terminada la fiesta…
Los invitados deben partir.
Yo, desconozco esa tristeza.
Cuando marcho a mi casa,
Siempre somos tres,
Me acompaña la luna y me sigue mi sombra.
Epicuro
"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia
octubre 30, 2012
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