Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Ser de un golpe introducido en la vida
aún niño
Me tocó
Reconocerse de pronto
inhábil
Me tocó
Saberse amado con límites
y por razones
Me tocó
Vencer el ataque constante
de los demonios de la desolación
la tristeza, la desesperanza y
la contradicción...
derrotarlos noche y día
a sabiendas
Escuchar el estruendo espantoso
de los ya-no-te-amo
-del no te quiero más-
adornado de palabras como asco
dormir como un perro
ver apartada la mano que tomaba
la otra mano
sentir negado el abrazo
convivir con ello
apagar el hogar, convertirlo en
soledad, silencio, exilio
me tocó
Y no saber huir
ni tener dónde acudir
me tocó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario