Un abrazo desde el corazón. Cómo amo esa expresión que aprendí en mi camino por el Zen. Abrazar desde el corazón es hacerlo más allá de con los brazos, más allá de con la mente, más allá de con los sentimientos o el compromiso. El corazón, un lugar que está un poco más abajo -el ancho de dos dedos- del corazón físico y más al centro. El lugar en donde anida la consciencia, según los upanishad. Abrazar con el ser, abrazar como humanos no como personas. Abrazar con el corazón, abrazar primariamente sin necesidad de explicaciones, razones ni porqués ni cuandos ni dóndes ni para qués.
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