Noticias de la Parroquia

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Este país esta muy polarizado, en las grandes cosas y también en las pequeñas. Ojalá el año entrante, motivo elecciones, no se desate una gran violencia por los odios políticos y los odios de clases que se siembran cada día. Se siembran odios de género, odios deportivos, fanatismos de todas las especies. Las llamadas minorías bloquean, entorpecen y convierten en odio reivindicaciones absurdas. Los intereses personales son la norma básica de los partidos, así como la ambición por apoderarse del estado para medrar en él y enriquecerse robándolo. 

Es tremendo leer la prensa, ya no veo noticieros de televisión. Asusta el lenguaje, el tono, la forma como cualquier cosa se lleva a los extremos en los medios y en las redes sociales. Todo es ríspido, acre y las reacciones son descontroladas. 

El gobierno es corrupto, lo son el congreso y la justicia. Los llamados organismos de control son coto de caza. 

Un país sin historia. Para los jovenes el remoto pasado está como máximo a diez años vista.

Un país en donde por un lado se personaliza todo para responsabilizar a otro, aunque se haya sido ese otro hace unos meses. Y no se responsabiliza a nadie para echar la culpa al texto muerto de leyes que pueden ser perfectas pero interpretables por todos a su amaño. Entonces se las reescribe enredándolas más. Ya advertía Aristóteles en su Retórica sobre el peligro de dejar campo a la interpretación en las leyes. 

Lo que unos ven como proceso de paz, otros lo ven como ampliación de la guerra y el triunfo de los malos. Los malos ven la luz al final del túnel, los buenos son el túnel a través del cual llegarán al poder que con la violencia no obtuvieron.

.