Luis Fernando Gutiérrez-Cardona¡Se piensan tantas cosas raras al enterrar, vivo, el cuerpo del amigo! Amargo momento el del encuentro con quien lo fue la vida entera, admirado, querido y servido, que al verlo a uno lo rehuye sin razón conocida para ello. Duele poner la lápida a una amistad asi. Definitivamente.
¡Abran campo, pues, queridos vivos muertos, que me siento empujado por vosotros!.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario