No me gusta...

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

No me gusta que traigan tantos niños al mundo y luego se justifiquen diciendo que no llegan con un manual...

No me gusta que no haya clases de felicidad, como sí las hay de sufrimiento.

No me gusta que enseñen que este es un valle de lágrimas, que adoremos un dios crucificado a la gloria de su padre, que hablemos bien del martirio.

No me gusta que no me hubieran enseñado, antes del daño, que ser felices es posible.

No me gusta que hayan corrido la muerte hasta los límites de lo indecente mediante procedimientos que alargan la vida como si vivir y respirar fuera lo mismo.

No me gusta que un abrazo sea tan dificil, que un beso sea imposible, que un te quiero encierre mil obligaciones. Que amar sea un peso y un pesar.

Que no se pueda querer al paso. Y olvidarse.

No me gusta que vayan por ahí diciéndose cosas que niegan lo natural, e imponiéndolas.

O que arranquen las flores para adornar las tumbas, y las tumbas de los muertos vivos.

Que no se pueda andar descalzos, ni abrazar los árboles, ni expresar nuestros sentimientos más nuestros sin miradas piadosas que acusen de locura.

No me gusta el hola, preludio de inmediato adiós.

No me gusta el verbo sospechar.

Que no te pueda decir que me gustas no me gusta.

No me gusta que no pueda decir hasta aquí llegué, y llegar.

No me gusta escuchar todas las preguntas, ni tener que saber todas las respuestas.

Ni poder tomar tu mano como camino total de la comprensión necesaria, en el entendido de que lo que la piel no diga no es necesario ni posible que lo diga la mente, porque ésta no es real y aquella si.


No me gusta eso, no me gusta.


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