Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Garzón, el humorista, juega cada año. Esta vez un poco más. Lo mataron en 1999 y los múltiplos de cinco son como muy atractivos. A Alvaro Gómez lo mató el régimen en 1995. A Bernardo Jaramillo Ossa en 1990. A Luis Carlos Galán en 1989. A Gaitán en el 1949, a Uribe Uribe en 1914. A Antonio José de Sucre en 1830.
En 1828 mataron a Bolívar (Y Santander sabía). Bueno, no lo mataron pero si lo mataron. Aquí hay siempre alguien listo a matar. Y los muertos crecen como las sombras cuando el sol declina, para usar al poeta.
Una octavilla de Luis Vargas Tejada justificaba el asesinato:
"Si de Bolívar la letra con que empieza
y aquélla con la que acaba le quitamos,
«oliva» de la paz símbolo hallamos.
Esto quiere decir que la cabeza
al tirano y los pies cortar debemos
si es que una paz durable apetecemos."
Y la noche que llega.
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