Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Cuando sus manos huyeron de las mías
Y encontraron refugio lejos de ellas
Supe que había muerto.
También lo supo y las regresó
confiadas ya de no reencontrarlas.
Estuvieron ahí junto a las otras.
Las miré diferente. Alejadas,
desafiantes, voluntariosas,
en esa cercanía de distancia total,
definitiva,
como quien ve una cosa ajena,
aprecia su belleza y se va.
Como esas cosas que deshace el viento.
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