Hemos caminado lado a lado por un trecho que no es corto ni largo. Hemos
 caminado sin metas, sin distancias y sin tiempo. Con sencillez me has dado el regalo de las 
palabras, de la compañía y del  aliento. Gracias por todo ello y por 
estar ahí y por las horas. Por la complicidad y por la intimidad 
resguardadas. Por no quererte apoderar de mi, ni buscar que yo lo haga de ti. Por no poner medidas ni salvaguardias. Que el camino al 
frente sea siempre abierto, que las colinas sean suaves, que los 
desiertos no sean imposibles. Que encuentres en todo lo que hagas la 
emoción tranquila de los vientos, de los  bosques y de las aguas. Esa suave emoción que expresan las flores expuestas en el aire.
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