Ayer, al aproximarnos al aeropuerto, el avión pasó como por sobre un resalto de nubes. Fue un subir y bajar repentino, con ruidos por debajo y todo... El compañero de asiento alcanzó a alarmarse. Lanzó su mano sobre mi para abrir la ventanilla que luego cerró también de golpe y soltó alguna frase desapacible sobre los pilotos.
En el asiento de atrás unas niñas hablaron todo el viaje. Me sorprendía su facilidad de expresión... De pronto una de ellas anotó que si lo que se veía al fondo era la ciudad o las chimeneas de las fábricas. Puse atención y era la skyline de la ciudad de Houston. Pero esta niña no estaba lejos de la realidad... Ciudad o fábrica ¿quë diferencia hace?
En el duermevela del viaje, cuando al bajar el ruido del avión se hace mas fuerte, empecé a escuchar hablar. Como si los millones de voces de la gente estuvieran en el viento y yo pudiera escucharlas todas. Pude reconocer frases completas, conversaciones lógicas... ¿Será que de ello están hechas las nubes? ¿Será que por ello en el desierto no las hay, o pasan de largo? Una voz más cercana hizo olvidar las otras que estaban en el aire, pero yo me quedé pensando en ellas.
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