Ruido

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Es curioso despertarse antes de tiempo y verse y sentirse y estar solo en una habitación inmensa. La juventud ebria toca su guitarra hasta la madrugada abajo en la avenida y canta canciones de carrilera desconocidas por lo actuales. En la noche temprana salian del apartamento contiguo tangos descachalandrados. Los autos ruedan veloces y mi corazón es una sensación de angustias. Pasan imágenes por mi mente. Pesadillas. El horroroso error de existir. ¿Cuál ha sido el momento más trascendental? —escuché preguntar en sueños... Me parece que dije que uno del cual no hay memoria. Aquel en que toman contacto esas dos energías latentes que me originaron. Aquello que no se que cosa es, que desata la infinidad de sucesos que denominan vida. El big bang personal. La partícula que adquiere autonomía... ¿Conoce el tiempo una lombriz de tierra? ¿Tiene cerebro —pregunté a mi vez?  ¿No? Quiero ser una. No quiero regresar ni ir más adelante. No hay nada más allá, como que anoté: volver a ser el polvo que somos pero que nunca fuimos.