Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Esos momentos en la vida, semejantes a las luces de las luciérnagas, hermosos, intensos y veloces.
Cuando la eternidad, al alcance del sentimiento, puede verse nacer, vivirse a plenitud y desaparece en una tarde al deshacerse con los últimos rayos del sol.
Unas semanas, unos dias o unas horas de letras y miradas acaban en lo que comienzan: ver y apartar.
O llega el miedo.
Y fueron.
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