Escucho decir en la mesa del lado:
Es inevitable pensar en ti.
De alguna manera tu presencia hizo saltar mis protecciones, cayeron mis salvaguardias y me quité frente a ti todas las corazas.
Los recuerdos se amontonan desde el encuentro con vacilaciones y dudas atravesadas.
Una ida a cine en que nuestros pies entraron en contacto, ante la imposibilidad de que fueran los labios o las manos, fue el detonante de un breve, no tanto quizás, recorrido de momentos entre los que bien estuvieron caminar descalzos por los parques, correr bajo la lluvia, compartir libros, tener largas conversaciones, lentas cervezas, alguna noche de ebriedad, músicas extrañas, lágrimas de felicidad y atardeceres sentados bajo algún árbol.
¡Qué de locuras!
Nos amamos en lugares subrepticios y en otros abiertos creyéndonos invisibles, haciéndonos invisibles.
Exploramos cada porción del universo que nos envuelve y no nos negamos nada
hasta cuando, de tenerlo, nos lo negamos todo.
Es inevitable pensar en ti.
lfg-c©
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