Llegó Marzo. Madre ¿donde quedarán nuestras lágrimas de despedida, dónde los abrazos, dónde fueron a parar tus bendiciones? ¿Será verdad, madre, que la única verdad es la muerte? ¿Dónde quedaron las oraciones, la fe? El amor, madre, ¿dónde está? Hoy meditaba en tu iglesia solitaria. Afuera el día brillaba con un sol excesivamente cálido. Salí y en el jardín, sentado en la escalera, un poco de afecto me esperaba. Eras tu que me mirabas desde el enorme cielo azul y blanco, eras tu que hiciste que revolotearan algunas flores y algunas mariposas. Pensé entonces que esperabas que fuera a conversar contigo un rato y con alguien enviaste tus afectos...
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